Wednesday, December 24, 2008

NAVIDAD


no puedo evitar pensar, ponerme algo meláncolico, sentir que todo esto se trata de una seguidilla de pérdidas...

perdida de inocencia, pérdida de personas queridas, pérdida de los momentos más bellos en la vida de uno...

recuerdo una de mis primeras navidades...un árbol natural, un pino precioso y escasísimo en Chile, no tendría ni dos años y no más de 4 ramas, mi padre lo trajo mientras almorzábamos, yo tenía 4 años, "después de la siesta, lo pondremos" ( me acuerdo y me emociona mi propia inocencia) mis hermanos fueron a jugar, a pelear, a meter ruido como siempre, yo me quedé paralizado frente a ese pinito sobre el mueble, lo miré toda la tarde, le conté las ramas, le canté, pensaba en cómo se vería después con las lucecitas... nunca una siesta de mis papás me pareció tan interminable, le colgué cositas de papeles mientras dormían... finalmente las luces no eran soportadas por las débiles ramas, las luces pasaron a ser un interesante experimento en las murallas del living... regalos lindos, comida rica, felicidad por todas partes...

años más tarde, más grande, y el árbol seguía produciendo en mi una extraña fascinación, me metía literalmente dentro, por lo menos así lo sentía..."saca la cabeza de ahí" me decía mi mamá, y yo me perdía en ese mundo de innumerables e interminables personajes fantásticos, las luces de colores...

llegó el momento de partir de casa y con la partida la navidad mutó a un evento más silencioso pero ya emparejado, esperando que él se fuera a ver a su familia, yo me quedaba una tarde a perderme en aquel arbol que habíamos construido juntos, la misma sensación de niño, perderse en la fantasía como una sana locura... sin embargo, al final del experimento, la vivencia, lloré como si me hubiesen sacado un pulmón, algo ya no estaba (el recuerdo me hace temblar y emocionarme de nuevo)

han pasado los años, han pasado las parejas, y ahora tengo miedo de sumergirme en las ramas, temo que ese mundo haya desaparecido...

qué pasará cuando ya no tenga familia? cuando mis padres no estén? (me llené de lágrimas) dónde estarán las raices que me trajeron al mundo y me hicieron de material tan especial, porque después de todo, me siento especial y diferente y ya no me asusta incluso me gusta, pero...

qué haré? armaré árbol? me atreveré a meterme dentro? mis hermanos tiene sus familias hermosas y yo no pertenezco a ellas... y si estoy solo? si no estoy viviendo con nadie, qué hago? si las energías no me acompañan para poner luces y adornos? qué hago con todas estas ganas de que la magia no desaparezca del todo de mi vida?

qué hago con todos los recuerdos? con todas las pérdidas? qué hago con todos aquellos millones de juegos que me inspiraba ese árbol inmenso y maternal? me acurrucaré en el sofá a ver como las luces se apagan y la gente se duerme..? me sentaré en una silla desnuda a ver cómo tal vez nacen mis propias raices que me afirmen al piso cuando mis padres ya no estén para abrazarme y decirme palabras de aliento...

creo que este posteo tiene que ver el cómo me he sentido en estos días, no ha sido un año fácil, y en los momentos difíciles mi madre sin experiencia en el mundo laboral me ha abrazado en silencios cariñosos y confortante, mi padre me ha dado los mejores consejos que ha podido con ese cariño infinito que sólo él sabe dar... pero la imagen final es que las raices de esos dos grandes árboles que me trajeron al mundo van a desaparecer por la cruel verdad universal y tendré que consolarme solo, y tendré que vivir solo y moriré solo tambien... no habrá casa paterna donde ir a almorzar, no habrá pan de pascua hecho en casa con recetas misteriosas y secretas y el mundo habrá transformarse en aquello que el mundo se esfuerza tanto por hacerme entender

el mundo es un desierto de magia, sólo el polvo de la razón cubre el piso que camino cada día...

sólo espero que cuando me convenzan de eso, tenga la suficiente locura acumulada para no poder entenderlo, espero en ese momento vivir en un bosque de árboles de navidad, lleno de personajes mágicos y misteriosos que me cuenten los cuentos que yo mismo me inventaba desde el primer momento cuando metí la cabeza entre las ramas del primer árbol de navidad de mi vida