Saturday, November 08, 2008

UN PARQUE SINIGUAL



de pronto dejó de usar la palabra codiciada por todos...

de un día para otro mientras caminaba rumbo a casa por el parque surgió la figura colosal entre la verdura habitual...

de pronto todo el remolino de emociones se transformó en amabilidad y dulzura, pero la palabra, el verbo hecho sustantivo desaparecía y la codicia se transformaba en avaricia...

en los diarios aparecía en una esquina casi invisible la noticia de la estructura monumental que se había hecho espacio entre los árboles antiguos y protectores del parque cercano a mi casa negra...

un día me detuve en el parque a mirar a las parejas en su intercambio de sustancias de todo tipo. Miraba las salivas que trasmitían esa palabra que yo no podía tener. Yo y el periodista éramos las únicas personas que habíamos reparado en la estructura ...

la gente que cruzaba el parque con niños y ancianos y bicicletas y pelotas y deportistas. Nadie veía que esa estructura se había tragado al sol y a la luna, que a pesar de estar tan llena de ventanas, no podía ser humano, nada aparece en dos días con cincuenta pisos.

en mi corazón se alojaban todas las voces de los que no vivian en la estructura, y todas las voces alojaban los tormentos del verbo ausente...

mientras el humo de la marihuana visitaba los rincones del parque entre los arbustos y rosales en las noches, la luna era absorvida con sus cráteres y caras ocultas por la mole inhumana...



nadie vio la estructua aparecer y reinar en el parque, nadie vio tampoco mi desesperación. Nadie. Salvo el periodista que se había suicidado días antes según se había anunciado en su mismo diario en el mismo rincón donde hace tiempo atrás atestiguaba aquello que nadie veía a pesar de su presencia majetuosa y elocuente...

nadie vio nada de nada y yo no quise ver más nada de nada nunca más tampoco... las murallas de mi casa negra se cerraron sobre mí, con sus secretos y sus historias inconclusas, con mis semillas y mis almohadas planas, con mis aparatos y mis objetos queridos, con mis lucecitas de navidad y mis temores... ya no contestaría más a celulares ni timbres ni avisos... ya nada más estaría frente a mis ojos, nada... en la quietud mágica y maravillosa donde nadie habla, nadie recrimina, nadie llora ni rie, donde uno sólo con todo lo que uno representa en el universo está abrazándose, consolándose de lo que no pudo ser... sólo en ese momento dejé de codiciar el verbo, sólo en ese momento en las más absoluta lejanía de todo lo pensable y conocido me reconocí en toda mi magnitud...y me di cuenta de lo que había leido en tantas escrituras extrañas... sólo en aquella soledad que nadie conoce por temor al abismo sólo ahi me di cuenta de que yo era DIOS.

1 comment:

manán said...

Oye! me encantó "Baraka" aunque tiene esa cosa, bien como de "spot" me gustó... de hehco la volveré a ver con más calma...