Habían visitado la ciudad antigua hace ya muchos años atrás, él lo
llevaba de la mano como si se tratase de su pequeño hijo a pesar de que
variaban en edad por pocos meses. La ciudad estaba rodeada de montañas
altas como las nubes y sus grises edificios estaban poblados por los
seres grises que miraban siempre al suelo. Él tenía la misión de abrir
la casa nueva al centro de la más grande avenida. Y así lo hizo...
mientras el que parecía su hijo traía las semillas del mundo
extranjero....
Cuando terminó de construir la casa nueva que dividió a la ciudad antigua en su principal avenida, el que parecía su hijo había terminado de regar la última semilla que ya había germinado.... las plantas habían inundado el jardín. Ya nadie podía traspasar de un extremo al otro la gran avenida, las leyes ya no permitían derribar árboles, ni arbustos, ni siquiera el césped. Ellos los dos, en un acto de cruda rebeldía se subieron al promontorio que habían construido en el techo de la casa y se desnudaron para besarse. La furia de la gente gris fue tan grande que se arrancaron los ojos unos a otros para no ver más. El deber había sido cumplido... una señora vestida rebeldemente de azul soltó sus tres gatos de una caja.... esa fue la primera señal de que la guerra había comenzado... los hombres grises necesitaban volver a unir a la ciudad antigua y los dos amantes desnudos debían mantenerlos separados hasta el fin de los tiempos... aquella fue la época en que empezaron a verse los primeros autonomios por las calles de la ciudad antigua destrozando todo a su paso, estos vehículos no conocían la piedad
Cuando terminó de construir la casa nueva que dividió a la ciudad antigua en su principal avenida, el que parecía su hijo había terminado de regar la última semilla que ya había germinado.... las plantas habían inundado el jardín. Ya nadie podía traspasar de un extremo al otro la gran avenida, las leyes ya no permitían derribar árboles, ni arbustos, ni siquiera el césped. Ellos los dos, en un acto de cruda rebeldía se subieron al promontorio que habían construido en el techo de la casa y se desnudaron para besarse. La furia de la gente gris fue tan grande que se arrancaron los ojos unos a otros para no ver más. El deber había sido cumplido... una señora vestida rebeldemente de azul soltó sus tres gatos de una caja.... esa fue la primera señal de que la guerra había comenzado... los hombres grises necesitaban volver a unir a la ciudad antigua y los dos amantes desnudos debían mantenerlos separados hasta el fin de los tiempos... aquella fue la época en que empezaron a verse los primeros autonomios por las calles de la ciudad antigua destrozando todo a su paso, estos vehículos no conocían la piedad
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