fui a visitarte...
nos reimos mucho rato...
me regalaste esa sonrisa que tanto me gusta...
y de pronto un mensaje electrónico arruinó tu alegría y la mía
y te sumiste en tu dolor legítimo
y mi corazón se arrugó de dolor por tu dolor
y no sabía qué decirte... porque aunque hubiese tenido el diccionario celestial, no hubiese encontrado una palabra para reconfortarte...
y me sentí inútil
y mis brazos ya no era fuertes...
ya no podían contenerte
y el sentimiento no era suficiente...
y se apoderó de mi la oscuridad y la desesperación
y viajaron mil fantasmas que giraron como planetas en un sistema estelar de dolor
y los fantasmas cantaron sus lúgubres canciones
mientras tu pena, profunda y bendita
inundaba cada rincón, cada objeto de tu minúscula mansión
y yo me estrellaba contra las ventanas
con la mirada perdida del desconsuelo
y cada vez que miraba tu mueca de dolor
era un golpe profundo en mi corazón
..
...
....
Recuerdo el sonido de la canción de tu dolor, dulce como la de un niño que perdió su juguete favorito
nunca escuché un llanto más dulce que el tuyo...
pero se me llena todo mi universo de pena al recordar ese momento
ponito, uno no es responsable de que ciertas cosas no resulten...
es en ese momento de profunda pena en el que yo pienso que debes recordar las cosas lindas que te rodean
de alguna forma hacer un equilibrio entre el dolor inmenso que sientes y en las cosas lindas que te entregó la familia que te crió con tanto cariño...
no olvides nunca que eres una de las mejores personas que he conocido en mi vida, sino la mejor.
...me gustaría poder ser más útil en esos momentos... pero no sé cómo hacerlo...
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