...y llega el momento terrible... y no ha servido de nada prepararlo, imaginarlo, ponerle palabras, colores y luces...
... mi mamá abrazándola, y ella, mi hermana, rompiendo en llanto como si le arrebataran un hijo, un brazo, y mi madre tratando de mostrarle los frutos que ha logrado...."estarás en una comedia musical..." y más llora ella al imaginarse actuando en un idioma diferente para gente diferente y nadie de nosotros como espectadores... y yo ...
...obvservo en silencio, trato de no conmoverme y me resulta imposible pues se me caen millones de muros de piedra encima...
... y mamá llora, la vida le arrebata una vez más a su niña pequeña, la menor, y pasarán más de 300 días en que no la verá más... y pasa sobre mi cabeza un pájaro azul que revolotea con alas tan grandes como los océanos que separan los continentes...
...y me sumerjo, entre las piedras, entre los restos de aquella muralla, y lloro, tratando de entender el fenómeno, tratando una vez más, de entender el comportamiento humano...
... me duele la cabeza, el páncreas, las cejas y las almendras... me duelen las manos, los ojos y los océanos... faltan ahora 20 minutos para que el avión te separe nuevamente de nuestras vidas.
Sunday, January 25, 2009
Saturday, January 24, 2009
METAFORAS
...y llegó el día último, el día que las metáforas se acaban y las palabras son de piedra...
...llegó el día en que hay que enfrentar la realidad tal y cual la logramos crear desde el nacimiento hasta el último día...
...llegó el momento de entender el último misterio... y equivocado o no, asumir eso que se cree es como es...
... mirar para atrás y sólo desear no haberse equivocado tanto...
...mi hermana pequeña se vuelve a ir, se llevó una maleta llena de ramos de flores, llena de sustantivos nuevos, de acorazados para los días de lluvia en una tierra fría e inhóspita... llegó el día en que mi otra hermana enrojeció el pelo para siempre, y de el brota la sangre que entibia su alma y mira ahora a mis padres como lo que son, un par de estatuitas de barro a la deriva del viento de la vida...
...mis otros hermanos están detenidos en el tiempo construyendo colosales estructuras protectoras...no sé si verán afuera, no sé si tendrán ventanas, pero es la forma que tienen de sostenerse en este caótico universo...
..llegó el momento de mirarme desde mi propio ombligo y reconocer lo bueno que me quedó al lado después de tanto tiempo, agradecer todo lo bueno y las personas amables y cariñosas que se empeñan en hacerme reir... logro tener una mirada creo, bastante objetiva, de la realidad, aceptar que el camino es una sola dirección pero no es siempre de subida, es algo que llena los sentidos de vértigo... me alegro de terminar esta (etapa) feliz de no haber actuado jamás con egoismo incluso, con exceso de preocupación por los demás... me alegro de poder cerrar los ojos en las noches y soñar con prados y violetas y playas y bosques llenos de luz...
...agradezco al infinito, a Dios, a lo que sea, que me diera algo invaluable, la consciencia que tengo y que me permite mirar de verdad, sin engañarme... a entregar mi corazón cada vez que quiero, a ver sonrisas en los demás por lo mismo...
...espero que la muerte a mi alrededor, me encuentre sonriendo, que sea amable dentro de lo que cabe, y que mientras vayan cayendo los pilares al suelo, pueda sostenerme con la materia universal de la que fui hecho... y el dia que yo desaparezca en este mundo nadie se de cuenta, nadie me extrañe, nadie haga nada...nadie diga nada y deje que me vaya como un viento tibio de primavera, moviendo con delicadeza las ramas y las hojas de los árboles, porque nunca ofendí a nadie.
Thursday, January 22, 2009
...una vez mientras me vestían quedé paralizado frente al polvo que flotaba en los hilos que el sol lanzaba a través del aire de mi pieza... mientras me perdía en el infierno del aire inmóvil, la mujer que me vestía que no era mi madre, hablaba en idiomas desconocidos para mi...
un hombre grande y viejo segaba los árboles de la quinta, y yo corría raudo a recoger las ramas, mudo y silencioso con canciones en mi cabeza...
traía como podía la poda de la villa, no me importaba que me rasgaran la piel, no me importaba que los insectos se subieran por mis piernas y me picaran, no me importaban las arañas ni las garras, ni las almendras ni las alcancías que mis hermanos hacían sonar para que no me alejara de casa... nada podía contra el maleficio y el magnetismo de aquellas ramas sacadas de cuajo de los árboles de raices milenarias...
llegaba al jardín donde las carlotas crecían en timidez y pureza, las arrancaba con cierta pena para abrir paso a los nuevos árboles... mi madre llamaba desde la ventana, yo tragaba las manzanas y las ramas y volvía al jardín donde morían lentamente las ramas, todo...todo ... todo para dar paso a un nuevo conocimiento que adquiría con un dolor tan grande como la vida misma...
un hombre grande y viejo segaba los árboles de la quinta, y yo corría raudo a recoger las ramas, mudo y silencioso con canciones en mi cabeza...
traía como podía la poda de la villa, no me importaba que me rasgaran la piel, no me importaba que los insectos se subieran por mis piernas y me picaran, no me importaban las arañas ni las garras, ni las almendras ni las alcancías que mis hermanos hacían sonar para que no me alejara de casa... nada podía contra el maleficio y el magnetismo de aquellas ramas sacadas de cuajo de los árboles de raices milenarias...
llegaba al jardín donde las carlotas crecían en timidez y pureza, las arrancaba con cierta pena para abrir paso a los nuevos árboles... mi madre llamaba desde la ventana, yo tragaba las manzanas y las ramas y volvía al jardín donde morían lentamente las ramas, todo...todo ... todo para dar paso a un nuevo conocimiento que adquiría con un dolor tan grande como la vida misma...
Tuesday, January 20, 2009
...una noche...
...ellos vivían en la casa de enfrente, esa casa negra y angular...
...yo los miraba a veces entre las flores de mi jardín... mi madre me tenía prohibido siquiera mirarlos... yo los miraba entre las flores de mi jardín... entre las antonias azules, las lucías rojas como el fuego, las enriquetas verdes abrazadas a sus propias hojas carnosas y estériles...
yo los miraba como sonreían a los ídolos multicolores, como comían carne roja y miraban al atardecer con furia... yo miraba el atardecer enternecido por el almíbar del cielo... en ese entonces yo no sabía que mi vida pendía de un delicado hilo, de un hilo de brisas...
...un día los de al frente tuvieron fiestas y para esos menesteres cocinaban comidas especiales, todas hechas de mariposas... se comían las alas, las patas y las antenas como confituras como si fuesen sonrisas de gatos desesperados... confitaban las alas y crugian en cada mordida...
... un día fui imprudente...un día me vieron entre las ramas y las hojas de las alicias fragantes y enormes, estiraron sus brazos como trompas de elefantes y sus garras atraparon mi carne... yo gritaba sin emitir sonido alguno, mientras mis hermanos jugaban en el patio en sus juegos absurdos y arrogantes, no me miraban, no me vieron partir a la casa de enfrente...
intenté como pude de zafarme de aquella agonía trepidante, me agarré de las alicias, de las antonias azules y conmovedoras, de las lucías como planetas de fuego, me agarré de las enredaderas mandragóricas, pero nada surtió efecto... y de pronto me encontré entre una familia extraña compuesta por animales...
ratones, perdices, peces, comían del banquete, y tuve que unirme y comer insectos confitados, y sentía como aquello áspero cruzaba mi garganta...
sentía a mi madre llamarme por la ventana...sentía su voz como un filo de vidrio... y yo, que no podía defraudar a mis vecinos, tragaba patas de alacrán dulces como el azúcar y amargas como el vino...
la noche llegó con más estrellas que nunca, estrellas que gritaron al universo sus edades metafóricas... yo las escuché arrinconado en silencio mientras el convite terminaba y los vecinos se dormían... cuando la noche se había apoderado de toda la casa negra, reventé en una corrida tan violenta como los pétalos de las marianas rosadas y sus semillas avinagradas, corri entre las setas y los hongos nocturnos, corrí entre las uñas de las ramas más altas y crispadas del cerco que dividía ambas casas...
llegué a mi casa mientras mi madre dormía, mi abuela cantaba una ronda infantil con azafranes en su cabeza, y mientras mis hermanos abrazaban en dulce sueño sus pelotas doradas... recogí mis ropas, tragué como pude la última pata de insecto confitado, me recosté en mi cama a recordar la tarde llena de eventos fantásticos...
se me antojó un hongo azul...me levanté silencioso a la cocina, abrí la puerta y miré el patio alumbrado por una luna rebelde, vislumbré entre las ramas de los ortotis la luz mortecina de la ventana oval de la casa negra de donde ellos vivían caminé silencioso entre las ramas, cogí unos hongos azules y brillantes y me los heché a la boca con violencia inusitada, su sabor amargo inundó mi paladar, y lleno de de imágenes volátiles mi vista oscura...
entre a la casa maternal y segura... recogí la manta de mi cama...y juré nunca decir ni contar a nadie la violencia de la que había sido víctima
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