La Última Ola

La bruja negra se apoderó de mi corazón, trajo carbón para las liendres y avellanas quemadas para los piojos, alimentó con hollín a las abejas del norte, y se río 77 veces antes de que el sol se pusiera en el occidente finalmente... estuvo esperando la última ola y cuando ella hubo humedecido por última vez la orilla de la costa, sintió que su tarea había sido cumplida...

Cambios

... y así como en una montaña de nieve, de agua, de césped...

.... creo que mis últimas caidas tienen que ver con mi alma que es coja...

...creo que ya atropellé demasiado a las personas que me querían...

...que soy un pisciano de tomo y lomo... y eso me lleva muchas veces a no perdonarme, a sentir que no tengo derecho

... a pesar de todo me he metido de a poco y con dificultad, la última pena en el bolsillo como si fuera una ardillita movidiza, porque a pesar de que la tristeza no protagoniza mis últimos días, está ahí saliendo a cada rato del bolsillo para que la alimente con las últimas imágenes de un angel que visitó mi vida y me hizo verme más frágil de lo que creía que era...

ahora creo que veo mejor que no soy como creia que era... me da susto, concluyo que nunca uno llega a saber como realmente es...esa extraña mezcla de bondad, egoismo, deseos y pena, por una parte con ganas de que las cosas se terminen, que la vida cumpla con su ciclo y por otro lado que se eternice para ver si en algún momento las explicaciones se cierran y el círculo queda completo.

Siento que ahora puedo mirar con la cabeza un poco más arriba de mi hombro, pero siento que debo volver a bajar la vista de vez en cuando, para que mis ojos choquen nuevamente contra el cemento, como lo hacia cuando era niño... en qué momento pensé y tuve el atrevimiento de mirar a los ojos a otras personas...

Cabilaciones oscuras

Estoy triste...

Me equivoqué y lo hice profundamente...

quise pero no pude...

FRASES

se acabó el mundo y no nos hemos dado cuenta. vivimos en los cadáveres de la realidad. Los animales lo saben, las alupirias marinas, las fesioseas ockdalienses y una que otra sellyosys ebúrnea, lo cierto de todo esto es que no sabemos cuando ocurrió ni si seremos testigos de la descomposición molecular

el desorden del jardín

las margaritas se reunieron esta noche en el jardín, y hablaron de cómo perdieron su virginidad, y como hablaron de eso y de aquello que está prohibido, abrieron sus pétalos y sus hojas diferenciadas y mostraron la inflorecencia milenaria que atrapa los insectos y los envuelve en sus polvos milagrosos...

"las margaritas no son vírgenes ya!" gritaron las antonias azules y los gatos de caras triangulares se escondieron por primera vez del jardín, que parecía una orgía de vegetales...

yo observaba escondido, no queria perturbar el desorden.... ponio miraba otra esquina cómo los números armaban intrincados ángulos y no escuchaba nada de esto y yo no escuchaba nada de aquello.

tras la cadena de las montañas más allá de la luna se escuchaban las cantilenas de los labradores de piedras que regresaban a sus hogares tras ardua tarea, recogerían las margaritas maduras como sandias rojas, como pomelos amargos...

los niños se adelantaron por las bajadas de las cadenas a recoger la fruta que aliviaría la sed del cansancio y se encontraron con un enjambre de insectos en plena faena polinizadora nocturna. Sin poder coger fruta alguna los niños se acostaron a la sombra lunar de los alamos blancos y se taparon con las enredaderas de coroliandros verdemarinos, y soñaron, soñaron que eran peces...

y yo salí al encuento de las sombras, entre los cuerpos de los niños bañados por la leche lunar, y pasé entre los cuerpos mustios y recogí los hongos húmedos y los ofrecí en mi invisibilidad a los adultos que se habían quedado mirando a las margaritas deshojadas de su orgía violenta.

ponio descubría el último misterio de los números aquel que nadie conoce ni conocerá ya que él no habla con extraños, como yo... mientras yo lanzaba esporas al cielo para levantar una nueva generación de hongos venenosos y de cicadas blancas de frutos almendrados y confitados.

los labradores se dormirán en sus viviendas imporvisadas mientras sus niños se secarán bajo la luna espectadora, muda, frágil e insolente.

La visita

anoche me visitó una súcubooo...

...se sentó en mi cama con sus dientes llenos de margaritas congeladas...

yo anudé mis almohadas contra mi garganta para ahuyentar los gatos que luchaban por salir despavoridos de mi boca...

....me contó el secreto de cómo meter canciones dentro de las caracolas

... me contó cómo embriagar a las sirenas con un canto más visceral que el que ellas prodigan...

... me contó cómo estrellar estrellas en el cielo y acabar con mundos milenarios...

... me contó cómo terminar con las olas del mar y que este quede muerto en movimiento...

... me contó cómo desangrar corderos con las uñas para alimentar las hadas de la tierra profunda...

... ....

... mientras me contaba sus secretos... el viento golpeaba en la ventana, como asustado queriendo prevenirme de algo desconocido.... la súcubo se levantó y con su sola mirada el viento desapareció de la faz de la tierra para siempre...

... se volvió a sentar y con sus garras teñidas de añil, corto un mechón largo de mi pelo que había guardado para tales menesteres...

...tomó el mechón y se lo metió a la boca... de ella comenzaron a sonar millones de insectos que salieron de su boca y se confundieron en la negra noche tapando las estrellas...

.... y mientras la súcubo contaba los secretos, su carne se envejecía y su pelo se enmustiaba...

... las flores del jardín se quemaban con su sola mirada...

fue así como a la mañana siguiente nada vivo quedaba sobre aquel huerto familiar... ni las alondras salvajes, ni las antonias azules, ni las madreperlas perladas, ni las arroceras blancas, ni las alicias reventonas, ni las lucías transparentes...nada...

... me di cuenta

... que junto con sus secretos atesorados en mi vientre...

...crecía una vez más una bestia enorme en mis entrañas...

... ahora me tocaba a mi, realizar la visita a mi hermana blanca...

para qué nos mintieron?....

con qué objeto?...

si es cosa de mirar que estamos abandonados en el gran bosque...

y que todas las ramas están enredadas con los cordones telefónicos...

y todas las criaturas se pueden comunicar con el infierno que es el verdadero lugar de donde procedemos...

en el centro mismo del bosque...

en su vórtice...

en ese claro dentro de las tinieblas, donde las bestias bailan en colosales fiestas y se construye el coloso...

ahí está ese espejo que alguien algún día romperá...

DESPEDIDA

...y llega el momento terrible... y no ha servido de nada prepararlo, imaginarlo, ponerle palabras, colores y luces...

... mi mamá abrazándola, y ella, mi hermana, rompiendo en llanto como si le arrebataran un hijo, un brazo, y mi madre tratando de mostrarle los frutos que ha logrado...."estarás en una comedia musical..." y más llora ella al imaginarse actuando en un idioma diferente para gente diferente y nadie de nosotros como espectadores... y yo ...

...obvservo en silencio, trato de no conmoverme y me resulta imposible pues se me caen millones de muros de piedra encima...

... y mamá llora, la vida le arrebata una vez más a su niña pequeña, la menor, y pasarán más de 300 días en que no la verá más... y pasa sobre mi cabeza un pájaro azul que revolotea con alas tan grandes como los océanos que separan los continentes...

...y me sumerjo, entre las piedras, entre los restos de aquella muralla, y lloro, tratando de entender el fenómeno, tratando una vez más, de entender el comportamiento humano...

... me duele la cabeza, el páncreas, las cejas y las almendras... me duelen las manos, los ojos y los océanos... faltan ahora 20 minutos para que el avión te separe nuevamente de nuestras vidas.

METAFORAS

...y llegó el día último, el día que las metáforas se acaban y las palabras son de piedra...

...llegó el día en que hay que enfrentar la realidad tal y cual la logramos crear desde el nacimiento hasta el último día...

...llegó el momento de entender el último misterio... y equivocado o no, asumir eso que se cree es como es...

... mirar para atrás y sólo desear no haberse equivocado tanto...

...mi hermana pequeña se vuelve a ir, se llevó una maleta llena de ramos de flores, llena de sustantivos nuevos, de acorazados para los días de lluvia en una tierra fría e inhóspita... llegó el día en que mi otra hermana enrojeció el pelo para siempre, y de el brota la sangre que entibia su alma y mira ahora a mis padres como lo que son, un par de estatuitas de barro a la deriva del viento de la vida...

...mis otros hermanos están detenidos en el tiempo construyendo colosales estructuras protectoras...no sé si verán afuera, no sé si tendrán ventanas, pero es la forma que tienen de sostenerse en este caótico universo...

..llegó el momento de mirarme desde mi propio ombligo y reconocer lo bueno que me quedó al lado después de tanto tiempo, agradecer todo lo bueno y las personas amables y cariñosas que se empeñan en hacerme reir... logro tener una mirada creo, bastante objetiva, de la realidad, aceptar que el camino es una sola dirección pero no es siempre de subida, es algo que llena los sentidos de vértigo... me alegro de terminar esta (etapa) feliz de no haber actuado jamás con egoismo incluso, con exceso de preocupación por los demás... me alegro de poder cerrar los ojos en las noches y soñar con prados y violetas y playas y bosques llenos de luz...

...agradezco al infinito, a Dios, a lo que sea, que me diera algo invaluable, la consciencia que tengo y que me permite mirar de verdad, sin engañarme... a entregar mi corazón cada vez que quiero, a ver sonrisas en los demás por lo mismo...

...espero que la muerte a mi alrededor, me encuentre sonriendo, que sea amable dentro de lo que cabe, y que mientras vayan cayendo los pilares al suelo, pueda sostenerme con la materia universal de la que fui hecho... y el dia que yo desaparezca en este mundo nadie se de cuenta, nadie me extrañe, nadie haga nada...nadie diga nada y deje que me vaya como un viento tibio de primavera, moviendo con delicadeza las ramas y las hojas de los árboles, porque nunca ofendí a nadie.

...una vez mientras me vestían quedé paralizado frente al polvo que flotaba en los hilos que el sol lanzaba a través del aire de mi pieza... mientras me perdía en el infierno del aire inmóvil, la mujer que me vestía que no era mi madre, hablaba en idiomas desconocidos para mi...

un hombre grande y viejo segaba los árboles de la quinta, y yo corría raudo a recoger las ramas, mudo y silencioso con canciones en mi cabeza...

traía como podía la poda de la villa, no me importaba que me rasgaran la piel, no me importaba que los insectos se subieran por mis piernas y me picaran, no me importaban las arañas ni las garras, ni las almendras ni las alcancías que mis hermanos hacían sonar para que no me alejara de casa... nada podía contra el maleficio y el magnetismo de aquellas ramas sacadas de cuajo de los árboles de raices milenarias...

llegaba al jardín donde las carlotas crecían en timidez y pureza, las arrancaba con cierta pena para abrir paso a los nuevos árboles... mi madre llamaba desde la ventana, yo tragaba las manzanas y las ramas y volvía al jardín donde morían lentamente las ramas, todo...todo ... todo para dar paso a un nuevo conocimiento que adquiría con un dolor tan grande como la vida misma...

...una noche...

...ellos vivían en la casa de enfrente, esa casa negra y angular...
...yo los miraba a veces entre las flores de mi jardín... mi madre me tenía prohibido siquiera mirarlos... yo los miraba entre las flores de mi jardín... entre las antonias azules, las lucías rojas como el fuego, las enriquetas verdes abrazadas a sus propias hojas carnosas y estériles...

yo los miraba como sonreían a los ídolos multicolores, como comían carne roja y miraban al atardecer con furia... yo miraba el atardecer enternecido por el almíbar del cielo... en ese entonces yo no sabía que mi vida pendía de un delicado hilo, de un hilo de brisas...

...un día los de al frente tuvieron fiestas y para esos menesteres cocinaban comidas especiales, todas hechas de mariposas... se comían las alas, las patas y las antenas como confituras como si fuesen sonrisas de gatos desesperados... confitaban las alas y crugian en cada mordida...

... un día fui imprudente...un día me vieron entre las ramas y las hojas de las alicias fragantes y enormes, estiraron sus brazos como trompas de elefantes y sus garras atraparon mi carne... yo gritaba sin emitir sonido alguno, mientras mis hermanos jugaban en el patio en sus juegos absurdos y arrogantes, no me miraban, no me vieron partir a la casa de enfrente...

intenté como pude de zafarme de aquella agonía trepidante, me agarré de las alicias, de las antonias azules y conmovedoras, de las lucías como planetas de fuego, me agarré de las enredaderas mandragóricas, pero nada surtió efecto... y de pronto me encontré entre una familia extraña compuesta por animales...

ratones, perdices, peces, comían del banquete, y tuve que unirme y comer insectos confitados, y sentía como aquello áspero cruzaba mi garganta...

sentía a mi madre llamarme por la ventana...sentía su voz como un filo de vidrio... y yo, que no podía defraudar a mis vecinos, tragaba patas de alacrán dulces como el azúcar y amargas como el vino...

la noche llegó con más estrellas que nunca, estrellas que gritaron al universo sus edades metafóricas... yo las escuché arrinconado en silencio mientras el convite terminaba y los vecinos se dormían... cuando la noche se había apoderado de toda la casa negra, reventé en una corrida tan violenta como los pétalos de las marianas rosadas y sus semillas avinagradas, corri entre las setas y los hongos nocturnos, corrí entre las uñas de las ramas más altas y crispadas del cerco que dividía ambas casas...

llegué a mi casa mientras mi madre dormía, mi abuela cantaba una ronda infantil con azafranes en su cabeza, y mientras mis hermanos abrazaban en dulce sueño sus pelotas doradas... recogí mis ropas, tragué como pude la última pata de insecto confitado, me recosté en mi cama a recordar la tarde llena de eventos fantásticos...

se me antojó un hongo azul...me levanté silencioso a la cocina, abrí la puerta y miré el patio alumbrado por una luna rebelde, vislumbré entre las ramas de los ortotis la luz mortecina de la ventana oval de la casa negra de donde ellos vivían caminé silencioso entre las ramas, cogí unos hongos azules y brillantes y me los heché a la boca con violencia inusitada, su sabor amargo inundó mi paladar, y lleno de de imágenes volátiles mi vista oscura...

entre a la casa maternal y segura... recogí la manta de mi cama...y juré nunca decir ni contar a nadie la violencia de la que había sido víctima